La fiscalía de Berlín ha abierto una investigación penal contra el líder de Rammstein, Till Lindemann. Según B.Z., Der Spiegel, Bild y otras publicaciones alemanas, es sospechoso de violencia sexual.
Según Bild, el caso se basa en pruebas de dos casos, uno de los cuales pasó a la policía de Berlín y el otro directamente a la fiscalía. La investigación se está llevando a cabo en virtud del artículo 177 del Código Penal alemán sobre actos delictivos contra la autodeterminación sexual, que conlleva una pena máxima de prisión de hasta diez años. Aún no se han especificado los detalles del caso.
A principios de junio, más de diez mujeres denunciaron haber sido invitadas a fiestas organizadas expresamente para Lindemann tras los conciertos de Rammstein, en las que se les ofrecía alcohol y drogas. Según ellas, también fueron invitadas a estos eventos a través de las redes sociales, donde tenían que enviar fotos o vídeos suyos. Al menos dos mujeres afirmaron haber sido agredidas sexualmente por el músico.
Según Bild, las fiestas eran organizadas por la ciudadana rusa Alyona Makeyeva, que se definía a sí misma como «directora de casting». Según el diario, el grupo Rammstein dejó de trabajar con ella el 6 de junio.
Lindemann niega las acusaciones contra ella. «Todas las acusaciones, sin excepción, de que las mujeres en los conciertos de Rammstein fueron deliberadamente drogadas y alcoholizadas para que nuestro cliente pudiera realizar actos sexuales con ellas son falsas», dijeron sus abogados en un comunicado.
En el sitio web oficial de Rammstein se publicó un comunicado el 3 de junio, en el que se afirmaba que la banda se tomaba muy en serio las acusaciones contra el líder: «Las acusaciones son muy duras para todos nosotros, y nos las tomamos muy en serio. Es importante para nosotros que los fans se sientan cómodos y seguros en nuestros conciertos, tanto delante del escenario como entre bastidores.»
Por otra parte, la banda pidió a sus fans que no tuvieran prejuicios contra quienes hicieron las acusaciones y también señaló que los miembros de la banda tienen derecho a no tenerlos.
Algunos fans han defendido al músico, mientras que otros han decidido boicotear los conciertos. Como escribió Deutsche Welle, poco antes del concierto de Rammstein en Múnich a principios de junio, algunos fans empezaron a vender sus entradas en las redes sociales, diciendo que lo hacían por las acusaciones contra el frontman. Activistas protestaron ante el estadio donde iba a tener lugar el concierto, exigiendo que se cancelara el espectáculo.
Según Der Spiegel, Lindemann dejó de utilizar un cañón de pene estilizado que dispara espuma durante las actuaciones en medio del escándalo. Anteriormente, este cañón estuvo presente en los conciertos de Rammstein durante años.
A pesar de las acusaciones contra el frontman, Rammstein continúa su gira de verano, que incluirá una docena de actuaciones en países europeos.